Entre el 8 y el 11 de marzo tuvo lugar la
edición número quince de la muestra Syfy, el festival de cine fantástico
organizado por la filial española de la cadena especializada en cine y series
de dicho género, y al que acudí por cuarta vez consecutiva. No se alcanzan
15 ediciones de un festival por casualidad, y está claro que la muestra Syfy ha
ido afianzando progresivamente a un público cada vez más fiel que no se pierde
ni una sola edición y pocas sesiones de cada una de las mismas, además de
aquellos que acuden solo al visionado de determinadas cintas. Es la tercera
muestra que acogen los cines del palacio de la prensa, un recinto que al paso
que vamos acabará quedándose pequeño pese a dejar la totalidad de sus salas
para la muestra en varias de las sesiones.
A la
organización se le podría poner la “pega” de siempre: el hecho de tener
que salir y volver a hacer cola para entrar con cada una de las películas. Un
ritual que siempre se repite y que resulta cansino, especialmente si, como ha
sucedido durante esta muestra, el tiempo fuera no acompaña, precisamente. Este
año, además, se optó por informar en el programa de la muestra de algo que ya
se venía observando desde hace un tiempo: la división de las salas.
Y es que el público de la sala 1, los autodenominados “mandanguers”
ha ido en progresivo aumento en cuanto al número de gritos y coñas varias
(independientemente de la calidad de las mismas) que tienen lugar durante las
proyecciones, convirtiendo el visionado de las películas en una experiencia conjunto
de a ver quién la suelta más gorda para amenizar la sesión.
Pese a que hay películas que se prestan a ello (sesiones golfas a
la cabeza) otras son todo lo contrario. En el programa ya se advertía de que la sala 2 era
para los que querían ver las películas en respetuoso silencio, mientras que la
1 era para “dejar rienda suelta a la imaginación del público”. Pese a que es
algo que no me termina de gustar porque parece que nos deja a los que
preferimos ver las películas (al menos algunas de ellas) en silencio quedamos
como “los raros”, con el aviso ya no se puede ser más claro: que luego no haya
quejas por lo que puedas encontrarte en la sala 1.
Entrando ya en materia cinematográfica, pese a que la muestra
comienza realmente los viernes, los jueves siempre tiene lugar algún preestreno
potente para dar el pistoletazo de salida. “Un pliegue en el
tiempo”, la nueva cinta de acción real de Disney dirigida por Ava Duvernay
y protagonizada por Oprah Winfrey, Reese Witherspoon, Mindy Kalling o Chris
Pine. Los comentarios acerca de ella fueron en general bastante unánimes: es un
desastre con patas. Hay quién le sacó el punto de entretenimiento a pesar de
ello, pero lo dicho, opiniones bastante similares.
El viernes se dio el verdadero pistoletazo de salida a la muestra y, si bien llevábamos un par de años que la cinta de las
cuatro de la tarde era generalmente un truño (“Villmark Asylum” y “Worry
dolls”, os mando recuerdos), en esta ocasión nos encontramos con una de las
que, en mi opinión, fue de las mejores cintas de la muestra: “As boas maneiras”,
cinta brasileña codirigida por Juliana Rojas y Marco Dutra y que nos presentaba
una nueva variante del género de los hombres lobo. Lo más similar, por decir
algo, que me viene a la mente por algunos aspectos de la cinta es “Wolf
Children” de Mamoru Hosoda, pero lo dicho, nada que ver. Un drama que en su
primera mitad parece que va a ir por un lado y que cambia en su segunda mitad
presentándonos otro tipo de película diferente. Bastante buena.
Proseguimos el día con “A day”, cinta
coreana que le daba una vuelta de tuerca al concepto “Día de la marmota”,
en la que un importante médico intenta evitar la aparentemente inevitable
muerte de su hija en un atropello. La verdad, viendo su comienzo pensaba que la
propuesta se quemaría bastante rápido, pero a lo largo de sus ajustados 90
minutos consigue reinventarse argumentalmente con eficacia un par de veces,
dando lugar a una cinta entretenidísima de principio a fin. Tras ella,
continuamos con “Downrange”,
otra que pensé que quemaría rápido su propuesta argumental al presentarnos a un
grupo de jóvenes que quedan aislados en una carretera perdida a merced de un
francotirador que intenta acabar con sus vidas. Se estanca en algunos momentos
y no resulta especialmente reseñable, pero distrae moderadamente.
En la sesión de noche pudimos ver “Brawl in cell block
99”, protagonizada por un Vince Vaughn en clave dramática interpretando a
un hombre que, tras ser despedido de su trabajo, vuelve a las andadas
trabajando para un criminal, acabando en la cárcel. Es de esas cintas que no
entiendes muy bien que hace aquí, porque de Syfy no tiene nada más allá de ser
del director de “Bone Tomahawk”, cinta que triunfó bastante hace un par de
muestras (aunque más allá de su tribu caníbal tampoco tenía mucho más de Syfy,
aunque era una cinta excelente). Lo que parecía un drama criminal del montón se
convierte en una progresiva espiral de violencia en su segunda ante el que
resulta difícil no soltar una carcajada de puro surrealismo en algún momento.
La tildaría de curiosa, quizá. La jornada finalizó en la primera de las
sesiones golfas con “Mayhem”, donde un abogado llamado Derek Cho
(lo que produjo el chiste fácil en la sala) se ve inmerso en la locura que se
desata en su empresa cuando un virus que desata los impulsos de la gente invade
el edificio. Distraída y con ritmo, es perfectamente consciente del tipo de
película que es y sirvió para pasar un rato gracioso.
La segunda jornada de muestra arrancó "Syfy
kids", la sesión matinal del sábado que suele estar dirigida al
público infantil. En esta ocasión se preestrenó "Peter
Rabbit", película basada en el personaje creado por Beatrix
Potter en el que un grupo conejos intentan colarse en el huerto de un
granjero. Mezclando animación con imagen real (conde Domhnall Gleeson y Rose
Byrne eran los protagonistas) la verdad es que pasé un rato mejor de lo
esperado. Si bien me esperaba un producto excesivamente infantiloide (aunque en
buena parte lo es), la verdad es que la cinta se disfruta con facilidad a poco
que sepas lo que estás viendo, quedando un producto bastante simpático y
con algunas bromas que disfrutarán antes los adultos que los niños. Del doblaje
al castellano ya no puedo hablar tan bien, pues las voces de Dani Rovira y de
Belén Cuesta me chirriaron bastante.
Las sesiones de tarde comenzaron con “Have a nice day”,
película de animación china que parecía querer homenajear al cine de
Tarantino o Guy Ritchie, y que a mí no me dejó muy buen sabor de boca. El
argumento estaba algo trillado (un chófer roba un millón de yuanes a su jefe y
durante la noche varios personajes le persiguen) pero además no hay mucho donde
agarrarse. Sus poco más de 70 minutos de metraje se llegan a hacer largos
porque la cinta da síntomas de alargamiento, y gráficamente no resulta
atractiva. Proseguimos con “The cured”, cinta irlandesa
protagonizada por Sam Keeley y Ellen Page que intenta darle una perspectiva
diferente a las cintas sobre zombies. En este caso, adquiere un ritmo más lento
al tratar sobre la reinserción social de aquellos infectados que se han
curado, y los problemas de la gente con estos. Una idea interesante con
lectura política incluida que, aunque ofrece momentos interesantes y en su
tramo final se vuelve más convencional, en general me resultó algo irregular.
El plato fuerte del día llegó con “How to talk to girls at parties”, la nueva película de John
Cameron Mitchell, que en mi opinión fue la mejor de la muestra de este año. La
película nos traslada al Londres de los años 80, donde trio de amigos
aficionados al punk entran una noche en una mansión creyendo que se realiza una
fiesta… que acaba siendo más especial de lo que parece, ya que los habitantes
de la mansión pertenecen a diferentes facciones de una raza extraterrestre que
está de paso por la tierra. Una joven miembro quedará fascinada por el concepto
de “punk” que le transmite Enn, el protagonista, y buscará experimentarlo por
ella. Una cinta bastante especial que despertó tanto pasiones como odios, pero
que desde luego es difícil que te deje indiferente. Para terminar, la sesión
golfa nos presentó “Victor Crowley”,
secuela de la trilogía “Hatchet”, una elección perfecta porque con apenas 75
minutos de duración y lo absurda que era, dio para unas buenas risas, ideales
para acabar el día.
El domingo, último día de muestra, comenzó con un pase
matinal de la mítica “Jurassic Park”, que este año celebra su 25 aniversario. El
que fue el día más flojo de la muestra (ya que no hubo ninguna película que
destacara especialmente) comenzó con “I
am not a witch”, una cinta sobre una niña a la que toman por bruja y es
enviada a una especie de campamento de brujas, donde permanece atada a una
cinta blanca (a modo de madeja de hilo gigante limitando así la distancia a la
que puede alejarse) bajo la amenaza de convertirse en una cabra si intenta
liberarse. Al principio, mientras establece su entorno, resulta medianamente
interesante. Pero su excesiva lentitud le da sensación de alargamiento bastante
pronto y acaba haciéndose pesada y reiterativa. Una pena.
Proseguimos con “The
endless”, cinta que comienza girando en torno al regreso de dos hermanos a la
secta de la que hace años dejaron de ser miembros para que el pequeño de ellos
se anime. Sin embargo, no tardan en comenzar a suceder cosas raras en lugar
donde está emplazada la secta. Un giro curioso el que la película de cara a su
segunda mitad, pero que no resulta tan aprovechable ni satisfactoria como
debiera, quedándose por debajo de lo que hubiera podido ser. “Thelma”, por su parte nos presenta a
una joven que progresivamente va dándose cuenta de lo especial que es en una
cinta, tratada de una forma muy diferente de lo que suele ser habitual, parece
tratar el conflicto de una cinta de superhéroes dentro de una cinta
independiente que utiliza su lentitud como una virtud. Interesante y curiosa.
Por último, “Pacific Rim: Insurrección” debería haber sido
la encargada de clausurar la muestra este año, pero problemas técnicos ajenos a
la muestra finalmente no lo permitieron. La sustituta fue “Siete hermanas”, la nueva película de Tommy Wirkola (“Hansel y
Gretel: cazadores de brujas”) que nos presentaba un futuro distópico en el que la
superpoblación se ha convertido en un gran problema, de manera que se ha limitado
a uno el número de hijos que se pueden tener, criogenizando al resto hasta que
las circunstancias mejoren. Un hombre que ve como su hija tiene septillizas
antes de morir, decide ocultarlas nombrándolas como los días de la semana y haciéndolas
pasar por una única mujer, de manera que cada una saldrá a la calle el día de
la semana que le corresponde. Cuando lunes desaparece, el resto de hermanas
deberán movilizarse. Previsible y sin
grandes sorpresas, pero es una cinta distraída que no aburre durante sus dos
horas, cumpliendo su función.
Tras esto terminó una muestra que volvió a servir de clave
de encuentro para los aficionados del género fantástico, y que volvió a tener
como presentadora a una Leticia Dolera menos presente que nunca, pero que se
hacía notar cuando estaba, integrando todas las coñas clásicas de la muestra, y
también las nuevas de este año (con Charles Wallace y Todd Acosta a la cabeza)
El año que viene tendrá lugar la edición número dieciséis, que se dice pronto,
de un festival al que se le coge cariño, y que seguro que seguirá
presentándonos alguna joyita de tanto en tanto. Por muchos años.
TOP XV MUESTRA SYFY
1-How to
talk to girls at parties
2-A day
3-As
boas maneiras
4-Salyut
7
5-Siete
hermanas
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