Nacionalidad, año: EEUU, 2016
Director: Damien Chazelle
Reparto: Emma Stone, Ryan Gosling, John Legend, Rosemarie De Witt, J.K. Simmons, Finn Wittrock
Sinopsis: Una aspirante a actriz y un pianista de jazz que busca abrir un club se conocen y enamoran en Los Ángeles mientras luchan por cumplir sus sueños
Damien Chazelle tiene 32 años y
un talento que resulta casi insultante. Muchos son los directores que, con una
carrera más extensa, apenas tienen títulos (si es que alcanzan a tenerlos) en
su filmografía que alcancen la calidad de las dos últimas obras del joven
realizador. Pensar en las futuras cintas que realizará es prometedor para
cualquier aficionado al cine, pero de momento quedémonos con el presente.
Con “Whiplash”, Chazelle ya
demostró que era un director a tener en cuenta. Una cinta excelente (podéis
leer la crítica aquí) cuyo éxito le permitió realizar el proyecto que llevaba
años queriendo hacer, y que ocupa esta entrada: “La La Land” A Chazelle le
gustan los musicales clásicos. Hoy en día no se hacen muchos ya (de
manera que cada uno que se estrena es prácticamente un acontecimiento) Pero
desde luego, los que ya no se hacen son los del estilo de “La La Land”. Por una
vez, una frase tan de eslogan de cartel como “Ya no se hacen películas como
esta” tiene bastante razón.
La película es un éxito por
muchas razones. Una de ellas es la capacidad que tiene de traer de vuelta el
musical clásico, tanto en esencia como en puesta en escena, y a la vez saber
que es una cinta actual y darle estilo propio. Las referencias a grandes
musicales como “Cantando bajo la lluvia” o “Un americano en París”, entre
otros, están a la orden del día, y no solo a modo de homenajes, sino que su
esencia está presente en la película y traspasa la pantalla, dando la sensación
de estar viendo una película proveniente de otra época. Y, al mismo tiempo,
Chazelle lo combina con cierto aroma de modernidad, así como en el manejo de la
cámara y el apartado técnico, que hacen de “La La Land” una película
difícilmente imitable y que se convierte en toda una experiencia
cinematográfica.
El apartado visual lleva a la
película a la categoría de auténtico espectáculo. La paleta de colores
convierte a muchas de las escenas en pequeños cuadros. Se nota que Chazelle ha
trabajado mucho la composición de los planos y la estética, y el resultado se
nota mucho (30 millones de presupuesto, por cierto. No es que sea poco, pero si
lo comparas con lo que se suele facturar hoy en día… desde luego está bien
aprovechado) La fotografía, el montaje, la escenografía… todo brilla a un nivel altísimo.
Inmenso el trabajo en la dirección. En el mismo término se puede hablar de la
excelente banda sonora compuesta por Justin Hurwitz,
así como de las canciones, muy pegadizas y bien introducidas a lo largo de la
historia (pese a ser un musical, no son más de 5 o 6) A ver quién sale de la
sala sin tararear “City of stars”
El guión podría señalarse como el
principal defecto que podría tener la película, aunque yo no veo que sea un
problema. Sí, es una historia que ya todos conocemos, pero está muy bien contada
y se pone al servicio del espectáculo sin problemas, funcionando mejor de lo
que podría parecer a simple vista, y que cuenta con un primer acto excelente,
un segundo que mantiene las formas y un tercero que vuelve a rayar a un
grandísimo nivel, para terminar con un gran final. Emma Stone y Ryan Gosling, por su
parte, tienen también buena parte de la culpa del éxito de la película también.
Pese a que ni “Crazy stupid love” ni “Gangster Squad” eran grandes películas
(resultonas y entretenidas, eso sí), no había que fijarse mucho de la gran
química que desprendían, y que aquí está aprovechada el máximo. Aquí ambos
tienen oportunidad de lucirse. Eso sí, pese a que Gosling está muy bien, Stone
se lo merienda en su mejor interpretación hasta la fecha.
Es de sobra sabido que el musical
no es un género precisamente realista, pero también hay pocos géneros que
contengan más magia en su interior. Y eso es algo que a “La La Land” le sobra, resultando prácticamente perfecta dentro de su género y pretensiones. Siendo una genialidad en todos los aspectos, la película invita a dejarlo todo
a un lado durante un par de horas para introducirse en su mundo. Una obra que representa como pocas el poder de
los sueños. Pero que también sabe hablar muy bien acerca de cómo mantener los pies
en el suelo y del fracaso. Y eso es algo a lo que tampoco está mal ponerle
música de vez en cuando.
Nota: 9
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