Nacionalidad, año: EEUU, 2017-?
Creador: Seth McFarlane
Cadena: Fox
Episodios: 12
Reparto: Seth MacFarlane, Adrianne Palicki, Scott Grimes, Halston Sage, Peter Macon, Penny Johnson Jerald, J. Lee, Mark Jackson
Sinopsis: Ed Mercer es un oficial cuya vida personal cae en picado a raíz de divorciarse de su ex mujer tras una infidelidad de ella. Un tiempo después, le asignan comandar la nave de exploración Orville, donde su ex mujer será asignada como primer oficial y donde se llevarán a cabo diferentes misiones.
En un año en el
que también se ha estrenado una nueva serie de la franquicia “Star Trek”,
resulta curioso que haya coincidido en parrilla una serie que bebe de ella,
pero que, desde luego, lo hace desde la perspectiva de un fan. Seguidor confeso
desde que era pequeño de la mítica serie de ciencia ficción, queda claro viendo
“The Orville” que a McFarlane le hacía ilusión tener su propio Star Trek. Mi
conocimiento de la famosa franquicia de ciencia ficción se limita a las tres
últimas películas estrenadas en cines y a algunos episodios sueltos de la
serie, así que no tengo una base para realizar comparaciones o buscar
similitudes y diferencias entre ambas series, así que me centraré en lo que
aporta “The Orville”
El tipo de
serie que es “The Orville”, más centrada en las aventuras episódicas, se podría
permitir dejar a un lado la profundización en personajes o argumentos (aunque,
a su manera, sí que lo hace, ya tocaremos eso más tarde) pero, en cualquier
caso, es necesario crear unos personajes que importen un mínimo al espectador
como para interesarse por lo que les sucede. En ese sentido, McFarlane ha
creado una tripulación de personajes reconocibles, cuyos roles ya hemos visto
en varias ocasiones y que no son especialmente novedosos, pero que funcionan como
grupo y, en su mayoría, individualmente.
Eso, si, las
dinámicas entre ellos necesitan un par de episodios para soltarse, pues el
piloto es bastante mecánico y sirve para poco más que para presentar los
elementos. Y aunque el segundo mejora, es a partir del tercero cuando la serie
comienza a funcionar de una forma más fluida, los personajes van encontrando su
hueco y les vamos conociendo, con sus diferentes rasgos y particularidades
formando parte del conjunto. Desde la dinámica de ex pareja de Ed y Kelly,
pasando por la inseguridad de Alara, la seriedad y rectitud de Bortus o la
doctora Finn, la incapacidad de Isaac por comprender a los humanos o el
cachondeo que se traen los pilotos Malloy y LaMarr. Todo aporta y suma, tanto
en función del episodio como en general.
La serie nos
presenta a partir de entonces un formato de narración episódico en el que
tenemos “la aventura de la semana”. Normalmente, uno de los miembros de la
tripulación juega un rol más destacado que el resto en cada uno, a veces de una
forma más coral, y otros de una forma más destacada. Por ejemplo, los episodios
2 y 8 están más centrados en Ed y Kelly, mientras que el 3 es para Bortus y su
pareja, en el 6 Ed y Malloy protagonizan casi íntegramente el episodio, en el 7
y en el 11 LaMarr tiene más protagonismo, el 8 es para Isaac y Claire o el 10
para Alara. Aunque los personajes de McFarlane y Palicki tienen más presencia,
esto refuerza el protagonismo de un reparto coral.
“The Orville”
prioriza el entretenimiento y el espíritu aventurero, pero aún así no se olvida
de tratar ciertos temas desde su propia perspectiva. El tercer episodio
profundiza en la raza de Bortus, donde solo hay machos y se reproducen entre
ellos, de manera que, cuando nace una hembra, le realizan una operación para
cambiarla de género, lo que suscita un debate durante todo el episodio de lo
ético del proceso al tener Bortus y su compañero Clyde a una niña. El cuarto
capítulo nos presenta a una gigantesca nave en cuyo interior vive una colonia
de humanos de hace siglos, y la llegada de la tripulación de la Orville
establece un curioso paralelismo sobre cómo sería una situación similar en caso
de que nos visitaran seres más avanzados. El sexto habla del adoctrinamiento de
niños para promover el odio y la violencia de su raza, que vive para hacer la
guerra; el séptimo nos presenta una sociedad “estilo Black mirror” donde se
vive en base a las votaciones de la gente, y el décimo habla del afrontamiento
de los miedos centrándose en el personaje de Alara. Temas nada novedosos,
cierto, pero que hasta cierto punto me ha sorprendido encontrarme en una serie
que esperaba más para pasar el rato que otra cosa.
Sin haber
ninguna actuación destacable, el reparto cumple bien con su función. Además,
los contactos del creador también le han permitido tener algún invitado
estrella en algunos episodios. Liam Neeson tuvo una aparición especial en el
cuarto episodio, Charlize Theron co-protagonizó el quinto, y gente como Victor
Garber o Rob Lowe han tenido sus aspiraciones esporádicas. No sería raro que en
futuros episodios nos sorprendieran con alguna aparición similar.
El humor
característico de McFarlane está aquí menos presenta que en otras ocasiones. De
hecho es una serie con un tono ligero al que tampoco le hace falta meterle
muchas bromas, de forma que hay ocasiones en las que, cuando se introduce
alguna coña, queda hasta un poco fuera de lugar. Seguro que esos elementos de
dramedia se pulen de cara a la segunda temporada, pero sí que es cierto que la
serie tiene que trabajar en fijar su tono, pues adolece de cierta irregularidad en ese sentido. En cuanto al apartado técnico, una
cadena generalista como Fox no se puede permitir unos grandes dispendios en
efectos especiales, así que los que esperen virtuosismo en el apartado técnico
va a estar lejos de encontrarlo. Si hay, sin embargo, un buen trabajo en la
labor de maquillaje y caracterización, logrando crear diferentes razas de
personajes con éxito, bien sea entre el elenco regular o en personajes
episódicos.
En definitiva,
sin ser una gran serie (no esperéis nada parecido a Battlestar Galáctica, ni
por asomo) “The Orville” me ha sorprendido para bien siendo una serie que aboga
por el entretenimiento puro (su formato la convierte en una serie bastante
amena) y el espíritu aventurero, pero intentando aportar elementos de
profundidad a sus episodios, siendo siempre honesta y consciente de lo que es.
A McFarlane no le ha salido mal la apuesta. Desde luego, yo tengo ganas de ver
que les espera a la tripulación en la segunda temporada.
Nota: 7
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