Nacionalidad, año: EEUU, 2004
Director: Clint Eastwood
Reparto: Clint Eastwood, Hillary Swank, Morgan Freeman, Anthony Mackie, Jay Baruchel, Margo Martindale, Mike Colter
Sinopsis: Frankie Dunn es un entrenador de boxeo que dirige un gimnasio ayudado por su amigo y ex-boxeador Scarp. Un día, Maggie, una joven que quiere dedicarse al boxeo, aparece en el gimnasio para pedirle a Frankie que la entrene
Con “Million dollar baby” soy un
poco masoquista. No son muchas las películas que me suelen dejar emocionalmente
tocado, pero esta es una de ellas. Lo hizo la primera vez que la vi, y, aunque
ya en menor medida y más amortigüado, hace poco hice un cuarto visionado y el
sentimiento fue similar.
Clint Eastwood es un maestro del
cine. Tiene películas menores, sí, pero también tiene auténticos peliculones, y
este es sin duda uno de ellos. Se me ocurren pocas pegas que ponerle, la verdad.
En manos de otro, el resultado posiblemente hubiera derivado en un telefilme
lacrimógeno, porque según como la cuentes la historia puede dar para ello. Pero Eastwood, quizá contrariamente a lo que pudiera parecer en un principio, tiene una sensibilidad extraordinaria para narrar sus historias, algo que la película requiere, y que el director (que también se guarda para él el papel protagonista, ofreciendo también una buena interpretación) sabe otorgarle. Es una historia narrada desde una concepción clásica, de esas que a día de hoy pocos directores más allá de Eastwood consiguen ya.
A los que no les gusten las películas deportivas o de temática pugilística, que no se preocupen. La cinta no va realmente de eso, sino que el mundo del boxeo es solo el escenario elegido para ambientar la historia. Una historia que nos cuenta las relaciones que se establecen entre unos personajes humanos, a los que la vida ha golpeado en repetidas ocasiones y que se encuentran vacíos en busca de algo que todavía no han encontrado, porque hasta ahora lo que han hecho es aguantar los golpes y seguir adelante (y esto es algo que vemos también representado en Scarp o en el ingenuo pero a la vez entrañable peligro) La relación paterno filial que se establece entre Frankie y Maggie no es casual: Frankie no tiene apenas contacto con su hija, y Maggie es huérfana de padre (y el resto de su familia, pues... en fin, seguro que los que la habéis visto sabéis a lo que me refiero) por lo que acaban cubriendo esos huecos el uno con el otro. En la evolución de esa relación y la forma en la que somos testigos de ella (con Scarp, el personaje de un enorme Morgan Freeman que no hace más que cerrar el gran triángulo interpretativo, ejerciendo como narrador silencioso) se encuentra el corazón de la película.
Como he dicho al principio, es una película a la que apenas le encuentro pegas y con la que me cuesta ser objetivo. Creo que todo en ella está a un nivel altísimo: desde la interpretación de su trío protagonista, al guión, la forma de contar la historia o la gran banda sonora. Conmueve e invita a reflexionar en más de un momento (SPOILER además del debate acerca de la eutanasia que puede generar su final, el establecimiento de las relaciones humanas y del amor más allá de la familia también dan para pensar FIN SPOILER) Sí, es posible que donde yo veo eso otro verá maniqueísmo emocional o intento de buscar la lágrima fácil, pero creo que en esta película protagonizada por desgraciados, se hubiera notado si ese hubiera sido el principal objetivo, porque podría haber sido más retorcida y forzada emocionalmente hablando.
Sobria, amarga y muy cabrona en varios momentos, "Million dollar baby" sabe cómo golpear al espectador de la misma forma en la que Maggie lo hace en el cuadrilátero, y sabe cómo dejar huella en él. Conmigo, desde luego, lo consigue. Obra maestra.
Premios Oscar: 7 nominaciones, de las cuales consiguió 4: película, director, actriz para Hillary Swank y actor secundario para Morgan Freeman
Nota: 10
No hay comentarios:
Publicar un comentario