Nacionalidad, año: Australia, 2015
Director: George Miller
Reparto: Tom Hardy, Charlize Theron, Nicholas Hoult, Hugh Keays-Byrne, Angus Sampson, Zoe Kravitz, Rosie Huntintong-Whiteley, Nathan Jones, Riley Keough
Sinopsis: Siempre perseguido por su turbulento pasado, Max se ve envuelto en una persecución , en la que el tirano Inmortal Joe persigue a Imperator Furiosa, una de sus "súbditas" que ha decidido rebelarse y se ha llevado con ella algo muy preciado mpara el, por lo que Joe no dudará en perseguir a Furiosa por todo el desierto con todos los medios a su alcance.
George
Miller nos trae de vuelta a Mad Max después de que hayan pasado 30 años de
última aventura. Ya no está Mel Gibson, pero el testigo lo ha recogido Tom
Hardy. El que sigue al pié del cañón es su director, que a sus 70 años les ha
dado una lección a muchos directores jóvenes sobre lo que es rodar y dirigir
una película de acción.
Partamos
del hecho de que Mad Max es en buena parte un disparate de escaso argumento que
está hecho para quienes quieran pasar un buen rato viendo una gran cinta de
acción sin pensar demasiado, pero dispuestos a pasárselo bien. Porque si algo
está claro con esta nueva entrega de Mad Max es que aburrirse es difícil, porque
no hay tiempo para ello.
Sus aproximadamente dos horas de
metraje son una persecución llena de ritmo, velocidad y vehículos que no deja
al espectador ni un segundo de respiro. Es increíble el trabajo técnico y de
montaje que ha llevado a cabo el veterano director hasta acabar consiguiendo
una experiencia tan vertiginosa como esta. El resultado es tan bueno que acaba
dejando a otras cintas del género a la altura del betún. Los avances técnicos
de estas tres décadas le han permitido a Miller llevar a cabo escenas y rodar
de ciertas formas que hace años no eran posibles. Así, volvemos a las señas de
identidad que hacían buena a la saga, y con eso me refiero principalmente a su
segunda entrega, “El guerrero de la carretera”, que era la mejor de la trilogía
clásica. Las virtudes de esa película se ven aquí amplificadas, tanto por el
despliegue de medios como por el inmejorable ritmo que le han imprimido.
Así,
podemos ver como la película es una persecución de dos horas sin respiro, y en
la que podemos ver a los vehículos hacer casi cualquier cosa, lo que implica
varias bizarradas, que sin embargo le sientan como anillo al dedo (ese vehículo
gigante con el guitarrista tocando todo el rato, o el vestuario y maquillaje de
algunos personajes, por ejemplo). La ambientación y el paralelismo con el
género del western se ha aprovechado más que nunca, y su ambientación post
apocalíptica está muy bien conseguida. Además, con la tecnología de hoy en día,
técnicamente luce de maravilla.
En cuanto al reparto, Tom Hardy hereda con soltura el papel del antihéroe de pocas palabras, siendo un buen relevo para Mel Gibson y dando la talla sin problemas, pero si es cierto que en muchos momentos acaba siendo eclipsado por la verdadera estrella de la película, esa Imperator Furiosa a la que da vida una Charlize Theron a la que se le nota que le ha puesto más que ganas. El resto de secundarios cumple muy bien con su papel.
En definitiva, la franquicia Mad
Max resucita por todo lo alto con esta cuarta entrega que se convierte por derecho
propio en la mejor de la saga, en la que George Miller parece habérselo dejado todo y que abre la puerta a más películas, que, a
poco que sean tan buenas como esta, promete convertirla en una franquicia a seguir. De momento parece que para 2017 tenemos asegurada una nueva aventura para Tom Hardy, así que mientras sea posible y mantengan el nivel, bienvenidas serán nuevas entregas.
Nota: 8
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