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jueves, 21 de diciembre de 2017

Star Wars: Los últimos Jedi

Nacionalidad, año: EEUU, 2017
Director: Rian Johnson
Reparto: Daisy Ridley, Adam Driver, Oscar Isaac, John Boyega, Mark Hamill, Carrie Fisher, Kelly Marie Tran, Domhnall Gleeson, Laura Dern, Benicio del Toro, Andy Serkis, Gwendoline Christie, Anthony Daniels, Lupita Nyong´o

Sinopsis: Mientras la primera orden arrincona a una diezmada rebelión, Rey encuentra a Luke Skywalker con el objetivo de que el maestro Jedi les ayude

Hace dos años, J.J. Abrams llevó a cabo una tarea bastante más complicada de lo que podría parecer en un principio. Traer de vuelta una saga tan mítica como Star Wars, 12 años después de las precuelas (que fueron lo que fueron) y con el inicio de una nueva trilogía era todo un desafío. Por suerte, salió todo bien. “El despertar de la fuerza” fue una muy buena película que, si bien no innovó demasiado, cumplió a la perfección integrando los elementos clásicos con los nuevos y trayendo de vuelta el espíritu de la saga, a pesar de las críticas por sus paralelismos con el Episodio IV, algo que a mí no me molestó en absoluto.


Rian Johnson tenía probablemente una misión todavía más difícil: dar continuidad a esa cinta, a la nueva trilogía y con la presión de que siempre iba a haber alguien descontento. El director ha planteado una cinta que, probablemente, funciona mejor como la ruptura de un ciclo y el comienzo de otro que como la entrega central de una trilogía, pese a que sale muy reforzada en ambos frentes. Porque, de las muchas cosas que se podrán decir sobre “Los últimos Jedi”, hay una que desde luego está fuera de duda: no se puede decir que es más de lo mismo.

“Esto no va a salir del modo que esperas”, le dice Luke a Rey en un momento de la cinta. Y cuánta razón lleva. En mayor o menor medida, casi todos llevábamos unas expectativas o teorías en mente de lo que podríamos encontrarnos en la cinta: desde aquellos que analizan cada fotograma del tráiler y buscan cualquier mínima dosis de información, hasta los que elucubramos por diversión. Probablemente, las expectativas de todos hayan quedado destrozadas. “Los últimos Jedi” es la película más diferente y, por qué no decirlo, “rara”, de Star Wars, rompiendo con los cánones narrativos de la saga (demostrando en mi opinión el aún mayor componente estratégico de “El despertar de la fuerza”) y siendo la renovación que la saga necesitaba.

Igual que digo que no me molestó el paralelismo del episodio VII con el IV, que sucediera lo mismo con esta y “El imperio contraataca” no hubiera procedido. Por suerte, más allá de algún homenaje suelto (también los tiene con "El retorno del Jedi") su principal parecido es el punto de ruptura que suponen para sus respectivas trilogías. Además de ser un buen director, Johnson demuestra que es un “fanboy” que ha debido pasárselo como nunca encargándose de la cinta. Y también que ha debido tener toda la libertad que ha podido dentro de los límites impuestos por Lucasfilm y, por qué no decirlo, que cojones no le faltan. Varios de los momentos de la cinta ya no son solo rompedores dentro de la propia saga, sino que son prácticamente anti blockbuster. Y aun así, sorprende ver que la cinta funciona tan bien como lo hace.


La cinta se centra mucho en el desarrollo de personajes en un periodo narrativo bastante corto, donde Luke y Kylo Ren son los principales beneficiados. Si la anterior fue la película de Han, esta es la de Luke. Un Luke muy diferente al que vimos por última vez. Cansado, cínico y víctima de su propia leyenda. Aquella que, a pesar de todo lo realizado, de haber seguido siempre el camino que él creía correcto, incluso consiguiendo sacar a su padre de la oscuridad en la que se encontraba, le condena por un instante de duda, que le ha marcado desde entonces. Ver lo que queda de un Skywalker que ahora solo tiene un objetivo en mente es de los aspectos más interesantes de la película, a lo que ayuda un Mark Hamill soberbio, tanto en los momentos de introspección del personaje como en los que más se luce (por no utilizar otro tipo de expresión)

Kylo Ren, por su parte, se confirma como el personaje mejor escrito de los introducidos en esta nueva generación. Ayuda que Adam Driver sea el actor con más talento del reparto, pero su evolución me parece muy interesante. Ese niño resentido que no sabía cómo alcanzar la cima en la que sitúa (o situaba) a su abuelo deja paso en esta cinta a un joven que, gracias a su relación con Rey, va alcanzando la autodeterminación que necesitaba. SPOILER En ese sentido, el personaje de Snoke es el que más se ha podido resentir. Que se lo hayan quitado tan rápido de encima prueba que es más un daño colateral y un instrumento para la evolución de Ren que el verdadero villano de la trilogía. Su muerte, además, potencia ese elemento de “acabar con los viejos maestros” que, en una dimensión diferente, complementa también la desaparición de Luke. FIN SPOILER

Rey y Kylo, dos semejantes en diferentes lados, son dos personas que necesitan saber cuál es su lugar y necesitan un legado. Pero también saber hasta dónde pueden llegar por ellos mismos, dejando atrás a sus maestros y fantasmas del pasado (en ese sentido, no deja de ser irónico y a la vez simbólico que uno de los momentos más espectaculares de la película tenga por objeto conseguir una reliquia del pasado) y buscar su propio destino. Su conexión prueba que son diferentes de sus maestros y no siguen sus pasos.


En cuanto al resto, Poe Dameron es el que sale más beneficiado respecto a “El despertar de la fuerza”, contando con más protagonismo.  La subtrama de Finn y Rose es probablemente lo más flojo del conjunto, pues por momentos parece más relleno para que Finn tenga algo que hacer que otra cosa (SPOILER Hasta la muerte de Phasma, la “rival” de Finn, se ha quedado un poco corta FIN SPOILER) Pero bueno, sirve para realizar el simbolismo del ostentoso Canto Bight con el tema de los poderosos y los oprimidos, además de su mensaje animalista. Laura Dern y Benicio del Toro tienen dos breves pero contundentes personajes. La despedida de la tristemente fallecida Carrie Fisher no decepciona: Leia centra la atención con solo mover una ceja y tiene más de una gran escena.

Encontramos a buen nivel todas las señas de identidad de la saga, además de un apartado técnico espectacular. Hasta los Porg salen lo justo y necesario para no resultar molestos. No obstante, habrá quejas para todos los gustos, desde el rumbo que toma la cinta hasta las bromas que parecen haber ofendido a muchos, que claman que Star Wars no es una comedia. Si, es cierto que la introducción de alguna broma chirría, pero qué queréis que os diga… Las payasadas de Han que a todos nos encantaban o las estupideces de Jar Jar os mandan saludos.

Aplaudo la valentía de “Los últimos Jedi” por darle un volantazo a la saga y llevarla a un nuevo nivel, transmitiendo el que probablemente sea el principal mensaje de la película: la luz no es algo que vaya a morir con los Jedi, y la fuerza no es algo exclusivo de Jedis, Sith, o sus descendientes (SPOILER El acertado hecho de que Rey no provenga de un linaje relacionado con la fuerza o el niño del final, con ese magnífico plano final con la escoba evocando un sable láser son prueba de ello FIN SPOILER) sino que es algo que puede habitar en el interior de cualquiera. Porque los que ahora juegan con muñecos, más adelante pueden ser ellos los que protagonicen esas historias. Y porque las leyendas también tienen su ocaso, y este episodio supone una rotura a favor de las nuevas generaciones que más tarde o más temprano deben tomar el control, un relevo que también supone el equilibrio.

De cara a un episodio IX, que visto lo visto quién sabe qué nos deparará, la chispa se ha prendido. Ahora debe comenzar a arder.

Nota: 8

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