Nacionalidad, año: EEUU, 1971
Director: William Friedkin
Reparto: Gene Hackman, Roy Scheider, Fernando Rey, Tony Lo Blanco, Marcel Bozzuffi
Sinopsis: Dos policías neoyorquinos siguen la pista de una posible red de tráfico de drogas
Cine policiaco realista, gris y sucio es la propuesta con la que "The french connection" se convirtió en la gran ganadora de la ceremonia del 71. Una victoria que quizá es más de estilo que de historia.
Ese retrato sucio de la ciudad, de una subcultura y acción urbana, parece acabar siendo el verdadero protagonista de la película, más allá de la historia de la misma. No son pocos los momentos en los que el guión de la cinta parece quedar en un segundo plano (teniendo la sensación de ser una persecución de 100 minutos) para preferir impregnar al espectador de la atmósfera en la que se mueven sus personajes. Y eso, hay que reconocérselo, lo consigue.
La cinta se convierte así en un thriller que no pasa de correcto en cuanto a historia, pero que cuenta con ciertos elementos que elevan su resultado final. William Friedkin y su equipo son los artífices del probable impacto novedoso que tuvo que tener en su momento la cinta por su técnica y estética. A eso hay que añadir la excelente interpretación de Gene Hackman: "Popeye" Doyle y su obsesión por el caso son el corazón y alma de la película, el hilo conductor del relato.
Además, la cinta cuenta con algunas secuencias sensacionales. Mientras que la primera parte de la cinta se centra más en la intriga y en el seguimiento, la segunda le deja más paso a la acción y las persecuciones, dejando el "duelo" en el metro entre los personajes de Hackman y Rey, que retrata los contrastes entre estos personajes (las formas más burdas o de andar por casa del policía frente a las maneras refinadas del villano, demostrando que a veces lo malo está debajo de lo que más reluce) o la mítica persecución, que hace que merezca la pena un visionado.
En definitiva, un thriller entretenido con buenos momentos, elementos interesantes y un genial Gene Hackman, para un triunfo que quizá es demasiado exagerado e inflado de premios, pero que en su momento está claro que conquistó.
Ese retrato sucio de la ciudad, de una subcultura y acción urbana, parece acabar siendo el verdadero protagonista de la película, más allá de la historia de la misma. No son pocos los momentos en los que el guión de la cinta parece quedar en un segundo plano (teniendo la sensación de ser una persecución de 100 minutos) para preferir impregnar al espectador de la atmósfera en la que se mueven sus personajes. Y eso, hay que reconocérselo, lo consigue.
La cinta se convierte así en un thriller que no pasa de correcto en cuanto a historia, pero que cuenta con ciertos elementos que elevan su resultado final. William Friedkin y su equipo son los artífices del probable impacto novedoso que tuvo que tener en su momento la cinta por su técnica y estética. A eso hay que añadir la excelente interpretación de Gene Hackman: "Popeye" Doyle y su obsesión por el caso son el corazón y alma de la película, el hilo conductor del relato.
Además, la cinta cuenta con algunas secuencias sensacionales. Mientras que la primera parte de la cinta se centra más en la intriga y en el seguimiento, la segunda le deja más paso a la acción y las persecuciones, dejando el "duelo" en el metro entre los personajes de Hackman y Rey, que retrata los contrastes entre estos personajes (las formas más burdas o de andar por casa del policía frente a las maneras refinadas del villano, demostrando que a veces lo malo está debajo de lo que más reluce) o la mítica persecución, que hace que merezca la pena un visionado.
En definitiva, un thriller entretenido con buenos momentos, elementos interesantes y un genial Gene Hackman, para un triunfo que quizá es demasiado exagerado e inflado de premios, pero que en su momento está claro que conquistó.
Premios Oscar: 8 nominaciones, de las cuales consiguió 5: Película, director, actor para Gene Hackman, guión adaptado y montaje
Nota: 7
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