Nacionalidad, año: EEUU, 2016
Director: Woody Allen
Reparto: Jesse Eisenberg, Kristen Stewart, Steve Carell, Corey Stoll, Blake Lively, Ken Scott, Jeannie Berlin, Parker Posey
Sinopsis: En los años 30, un joven llega a Los Ángeles dispuesto a labrarse un futuro. Para ello, comenzará a trabajar en la empresa de su tío Phil, un conocido agente y productor. Una vez allí, no tarda en enamorarse de la secretaria de Phil.
Woody Allen sigue incansable
habiendo superado ya los ochenta años y nos presenta su película anual de
rigor. Café Society es lo que el cineasta neoyorquino nos ha presentado este
año, y en mi opinión, es de las buenas.
Para los seguidores de la
filmografía de Allen, la película les va a hacer moverse por terreno conocido,
pero hay que ver lo bien que se mueve. No hay nada especial en “Café Society”
que Allen no haya tocado anteriormente. Su historia es sencilla pero efectiva,
con un guión bien escrito que cuenta con varios diálogos de esos que solo
podrían ser de Woody, con reminiscencias a sus películas clásicas, buen ritmo y
mezclando muy bien la comedia y el drama. En resumen, la película funciona como
un reloj.
La combinación de los elementos
humorísticos con los dramáticos siempre suele ser una de las características de
las películas del director. No siempre le sale bien, pero cuando lo hace, la
mezcla es excelente, como es el caso. Así, tenemos diferentes elementos que dan
para bastantes gags: numerosos chistes de judíos, todo lo relacionado con la
familia del personaje de Eissenberg (de los que no me importaría ver un
spin-off) o la escena de la prostituta en el tramo inicial. Así mismo, la parte
más dramática viene servida por la interesante reflexión que plantea la cinta
acerca del amor y el romanticismo, sobre lo maravilloso y, a la vez, realmente
cabrón que puede ser. Tanto cuando no es correspondido cuando, en el peor de
los casos, lo es, pero no se lleva a cabo cuando entran en juego elementos como
la ignorancia, la cobardía o la simple irracionalidad. Realmente, todo puede
acabar siendo un chiste, sádico o no, en función de cómo te lo tomes. Esto le
permite moverse también entre un tono más positivo al inicio, al poso triste o
agridulce que deja la película al terminar.
Además del buen trabajo en guión
y dirección, estéticamente me ha parecido de lo más interesante de Allen en
años, consiguiendo reflejar con acierto los años 30 y utilizando una fotografía
más luminosa y con tonos más cálidos para el tramo que tiene lugar en Los
Ángeles, y algo más apagados y fríos para el tramo neoyorquino. La banda
sonora, que siempre suele ser otro de los puntos fuertes de la película de
Allen, es muy acertada en esta ocasión, tanto en las canciones como en los
temas instrumentales de Jazz (“Irrational man” pecaba a mi parecer de utilizar
en demasiadas ocasiones el mismo tema instrumental)
A todo esto hay que sumar la
buena labor de su reparto, destacando especialmente a su pareja protagonista. A
un muy buen Jesse Eisenberg hay que añadir (y no pensé que alguna vez diría
esto, pues nunca me ha gustado como actriz) a una espléndida Kristen Stewart.
Ambos actores demuestran que la química que mostraron en cintas como “Adventureland”
no fue casualidad. En el apartado de secundarios, el gran Steve Carell es quizá
el más destacado, pero todos, desde Corey Stoll a Parker Posey, están en su
sitio.
En definitiva, salvo por esa
genialidad que es “Medianoche en París”, me ha parecido la película de Allen más
interesante de los últimos años. No sorprende, y camina casi siempre por el sendero
de la sencillez, pero no le hace falta más para funcionar tan bien como lo
hace. De Allen tendremos su primera serie de televisión a finales de mes
(Crisis in six scenes, en Amazon) y ya anda preparando su película del año que
viene, así que por muchos años, maestro.
Nota: 8
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