Nacionalidad, año: EEUU, 2015
Director: J.J. Abrams
Reparto: Daisy Ridley, John Boyega, Harrison Ford, Adam Driver, Peter Mayhew, Oscar Isaac, Carrie Fisher, Andy Serkis, Domhnall Gleeson, Gwendoline Christie, Lupita Nyongo´o, Mark Hamill, Max Von Sydow
Sinopsis: Treinta años después de la última batalla entre el imperio y los rebeldes, las cenizas de los primeros, conocidos como la primera orden, han resurgido con fuerza, y tienen como objetivo acabar con Luke Skywalker, que se encuentra en paradero desconocido.
Se ha hablado mucho. Se ha
especulado aún más. Pero por fin, después de esperar tanto, ya tenemos una
nueva película de Star Wars en los cines. Las expectativas y opiniones previas eran
muchas y variadas. Se puede decir que mucha gente ya iba con su propia idea
preconcebida de lo que iba a (o debía) encontrarse ahí. Pero entonces aparece “Hace
mucho tiempo, en una galaxia muy muy lejana” en la pantalla, empieza a sonar la
música, comienzan a surgir las letras amarillas, la sala entera rompe en
aplausos y ya nada de eso importa. Solo disfrutar y departir con el colega de al lado,
cuando sea menester.
J.J. Abrams tenía una tarea que
no era nada sencilla. Heredaba el universo de otro (que ya se encargó él propio Lucas de empeorarlo el mismo con sus precuelas, todo sea dicho) con una de las sagas que más
expectación genera, y con la responsabilidad de que millones de fans no se le
echaran encima si esta nueva trilogía tenía un comienzo decepcionante. Teniendo
en cuenta todo lo que tenía en contra, Abrams sale más que airoso de su reto. “El
despertar de la fuerza” tiene sus cosas, pero es una muy buena película de
ciencia ficción y entretenimiento (sus poco más de dos horas se pasan en un suspiro) Dentro de la propia saga, deja a las
precuelas a la altura del betún (no por mucho que lo esperáramos, casi como un
requisito, hay que dejar de decirlo) y, para mi gusto, es mejor que el episodio
VI, sin superar a “El imperio contraataca”, pero quedándose a la altura de lo
que argumentalmente debió suponer el episodio IV.
Abrams ha conseguido ofrecer una
película que recuerda mucho a las cintas clásicas. Es un homenaje en toda
regla, tanto en espíritu, como en trama, como en personajes, como en estética.
A su vez, ha pasado por alto los errores que el propio Lucas cometió con los
episodios I, II y III, y ha fusionado muy bien esta nostalgia y emoción por lo
clásico con el interés por ver a los nuevos personajes y sus historias. Que
haya citado al episodio IV en el párrafo anterior no es casual, ya que, sin
entrar en spoilers, los paralelismos que guarda “El despertar de la fuerza” con
“Una nueva esperanza” son muy numerosos. Pero lejos de parecerme un motivo para
criticarla, me parece que es un elemento a tener en cuenta para lo que podemos
encontrarnos en los prometedores próximos episodios de la saga.
La historia que nos presenta “El
despertar de la fuerza” no es realmente innovadora. Vuelve a presentarnos una
lucha Imperio vs Rebelión, solo que esta vez es una lucha entre lo que queda de
ambos (la primera orden y la resistencia) Vuelve a tocar temas ya comunes y
clásicos en la saga, y en ese sentido no va a sorprender. Pero seamos
realistas: Star Wars nunca ha sido una saga que destacara por argumentos que
fueran especialmente complejos, y yendo por ese camino siempre le fue muy bien,
al menos en lo que a la trilogía clásica se refiere.
Es por ello que, aunque a primera
vista el argumento se pudiera tildar de ser algo pobre, creo que es una
historia lo suficientemente coherente y sólida como para encajar muy bien con
el resto de la saga. Abrams y compañía han compuesto un guión sólido, que no
deja mucho espacio a los bajones de ritmo, y que cumple perfectamente con su
propósito de ser respetuoso y homenajear al material anterior y, al mismo
tiempo, servir como inicio y apertura de un nuevo camino argumental que no ha
hecho más que comenzar, y que va a explotar definitivamente en las siguientes
cintas. En este sentido, creo que no se le podría pedir mucho más a la cinta.
Quizá en este sentido, su peor
enemigo ha sido toda la expectación generada alrededor: se ha hablado tanto, se
ha especulado tanto, se van conociendo tantos detalles que, por mucho que el
equipo de la película se haya esforzado en evitar filtraciones, al final
terminas con la sensación de que vas con la lección aprendida y que nada te
sorprende. Y ojo, en este sentido no se les puede echar mucha culpa a Abrams y
compañía, porque han hecho todo lo que han podido y con los trailers (que no
representan el conjunto global de la cinta) nos han hecho mirar a donde ellos
querían, pero simplemente no se le pueden pedir peras al olmo.
Los nuevos personajes que
presenta “El despertar de la fuerza” son prueba de que se han hecho bien las
cosas. Rey y Finn, los principales protagonistas de esta entrega, han encajado
muy bien dentro del universo Star Wars, complementándose bien y formando un
curioso dúo. John Boyega y Daisy Ridley, los dos desconocidos o casi
desconocidos que les interpretan (en una maniobra que recuerda a cuando Lucas
eligió a, por entonces, tres desconocidos para protagonizar la trilogía
original) defienden bien sus personajes, aunque en esta ocasión es Ridley la
que se ha llevado la mejor parte.
Rey acaba siendo la auténtica
protagonista de la función. Su personaje consigue adueñarse de la historia
rápidamente y, más allá de su importancia argumental, acaba siendo de lo más
destacado de la película. El mismísimo Han Solo es el único que acaba robándole
el protagonismo cuando comparten escena. En este sentido, el objetivo se ha
cumplido. Han conseguido crear personajes que adquieren personalidad desde bien
pronto y con poco metraje, que caen bien y cuyas historias interesan. Ojo, que
Rey sea la que más destaque no significa que debamos olvidarnos de Finn, la
otra pieza del dúo. Pero, sin parecerme mal personaje, creo que aún tienen que
terminar de explotarlo, algo que supongo que veremos en los próximos episodios.
Algo que supongo que también puede decirse del personaje de Oscar Isaac, el
piloto Poe Dameron. Más que desaprovechado, yo diría que en este séptimo
episodio se ha limitado a cumplir su función y que sabremos más de él en los
siguientes. Igual me equivoco, pero dudo que haya dicho su última palabra.
En el otro lado tenemos a los
malvados. Más allá del misterioso jefe supremo Snoke, y de los personajes de
Domhnall Gleeson y Gwendoline Christie, que de momento no han tenido mucho
recorrido, las miradas se centraban en el Kylo Ren de Adam Driver. No creo que
se pueda decir mucho del personaje sin entrar en spoilers, pero Abrams, Kasdan
y los demás han acertado en alejarlo de ser una marca blanca de Darth Vader. En
ese sentido iba a ser muy complicado que consiguieran un villano con tanto
carisma, así que han optado por un personaje diferente, con una interesante
aportación y que todavía tiene un arco de desarrollo que también veremos en los
próximos episodios.
Y, sin duda, otro de los grandes
aciertos de la cinta es la recuperación de “la vieja guardia” Ver de nuevo a
Han, Leia, Chewbacca o C3P-O es un gustazo. La primera aparición de Han y
Chewbacca arranca aplausos en la sala, y no es para menos. Aunque en esta
ocasión ya no son los protagonistas, sino que ejercen un rol más secundario
(Han es el que tiene más protagonismo), son personajes que tenían que estar
ahí. No obstante, aunque su esencia sigue siendo la misma, sin cambiarlos
demasiado, han demostrado que ya no son los mismos. Los años pasan para todos y
estos personajes han vivido, y en ciertos elementos se nota. Este componente de
recuperación de personajes clásicos juega mucho con la emoción y nostalgia del
espectador, y se ha logrado un buen equilibrio entre su uso y el uso de los
elementos nuevos (sin dejar de lado la buena cantidad de guiños que hay)
En cuanto al apartado técnico, los
efectos están a la última y todo brilla a un gran nivel, pero evitando esa
sensación de recargamiento de CGI y croma que tan presente estaba en la
trilogía de precuelas. Aquí han sabido hacerlo mejor y se agradece. Vestuario,
ambientación, atmósfera… todo ha sido muy bien construido para que continúe
visualmente lo que vimos en los episodios IV, V y VI, añadiéndole los nuevos
elementos, y consiguiendo una transición muy natural en ese sentido,
consiguiendo que todo encaje bastante bien. Mención especial se merece la banda
sonora del gran John Williams. Además de la recuperación de temas clásicos, el
maestro ha elaborado una partitura que encaja como un guante en la cinta, y que
acompaña a la perfección el viaje de los personajes. Otro elemento esencial de
la saga, como es su banda sonora, que vuelve a rallar a un gran nivel.
En definitiva, a nivel personal
he quedado muy contento con este episodio VII. Sí, claro que se le pueden
encontrar cosas negativas y fallos, especialmente si quieres encontrárselos.
Pero la verdad, creo que la cinta es, prácticamente, todo lo buena que podía
ser teniendo en cuenta los elementos con los que contaba y que es un inicio de
trilogía. Abrams ha conseguido levantar de nuevo la saga (algo que ya hizo con
Star Trek) una tarea nada sencilla, y lo ha hecho con éxito. Un argumento que
cumple, que deja intrigantes cabos sueltos para los próximos episodios, que ha
establecido una sólida base en la que apoyarse, que sabe mezclar lo nuevo con
lo clásico, y que consigue emocionar y recordar a lo que realmente es Star
Wars, mucho más de lo que lo hizo la anterior trilogía. Desde el punto de vista
de alguien que, personalmente, ha recordado las sensaciones que tenía al ver
las pelis cuando era un crio, ese es probablemente su mayor éxito.
Nota: 8
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