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viernes, 18 de diciembre de 2015

Star wars: El despertar de la fuerza

Nacionalidad, año: EEUU, 2015
Director: J.J. Abrams
Reparto: Daisy Ridley, John Boyega, Harrison Ford, Adam Driver, Peter Mayhew, Oscar Isaac, Carrie Fisher, Andy Serkis, Domhnall Gleeson, Gwendoline Christie, Lupita Nyongo´o, Mark Hamill, Max Von Sydow

Sinopsis: Treinta años después de la última batalla entre el imperio y los rebeldes, las cenizas de los primeros, conocidos como la primera orden, han resurgido con fuerza, y tienen como objetivo acabar con Luke Skywalker, que se encuentra en paradero desconocido.

Se ha hablado mucho. Se ha especulado aún más. Pero por fin, después de esperar tanto, ya tenemos una nueva película de Star Wars en los cines. Las expectativas y opiniones previas eran muchas y variadas. Se puede decir que mucha gente ya iba con su propia idea preconcebida de lo que iba a (o debía) encontrarse ahí. Pero entonces aparece “Hace mucho tiempo, en una galaxia muy muy lejana” en la pantalla, empieza a sonar la música, comienzan a surgir las letras amarillas, la sala entera rompe en aplausos y ya nada de eso importa. Solo disfrutar y departir con el colega de al lado, cuando sea menester.

J.J. Abrams tenía una tarea que no era nada sencilla. Heredaba el universo de otro (que ya se encargó él propio Lucas de empeorarlo el mismo con sus precuelas, todo sea dicho) con una de las sagas que más expectación genera, y con la responsabilidad de que millones de fans no se le echaran encima si esta nueva trilogía tenía un comienzo decepcionante. Teniendo en cuenta todo lo que tenía en contra, Abrams sale más que airoso de su reto. “El despertar de la fuerza” tiene sus cosas, pero es una muy buena película de ciencia ficción y entretenimiento (sus poco más de dos horas se pasan en un suspiro) Dentro de la propia saga, deja a las precuelas a la altura del betún (no por mucho que lo esperáramos, casi como un requisito, hay que dejar de decirlo) y, para mi gusto, es mejor que el episodio VI, sin superar a “El imperio contraataca”, pero quedándose a la altura de lo que argumentalmente debió suponer el episodio IV.


Abrams ha conseguido ofrecer una película que recuerda mucho a las cintas clásicas. Es un homenaje en toda regla, tanto en espíritu, como en trama, como en personajes, como en estética. A su vez, ha pasado por alto los errores que el propio Lucas cometió con los episodios I, II y III, y ha fusionado muy bien esta nostalgia y emoción por lo clásico con el interés por ver a los nuevos personajes y sus historias. Que haya citado al episodio IV en el párrafo anterior no es casual, ya que, sin entrar en spoilers, los paralelismos que guarda “El despertar de la fuerza” con “Una nueva esperanza” son muy numerosos. Pero lejos de parecerme un motivo para criticarla, me parece que es un elemento a tener en cuenta para lo que podemos encontrarnos en los prometedores próximos episodios de la saga.

La historia que nos presenta “El despertar de la fuerza” no es realmente innovadora. Vuelve a presentarnos una lucha Imperio vs Rebelión, solo que esta vez es una lucha entre lo que queda de ambos (la primera orden y la resistencia) Vuelve a tocar temas ya comunes y clásicos en la saga, y en ese sentido no va a sorprender. Pero seamos realistas: Star Wars nunca ha sido una saga que destacara por argumentos que fueran especialmente complejos, y yendo por ese camino siempre le fue muy bien, al menos en lo que a la trilogía clásica se refiere.

Es por ello que, aunque a primera vista el argumento se pudiera tildar de ser algo pobre, creo que es una historia lo suficientemente coherente y sólida como para encajar muy bien con el resto de la saga. Abrams y compañía han compuesto un guión sólido, que no deja mucho espacio a los bajones de ritmo, y que cumple perfectamente con su propósito de ser respetuoso y homenajear al material anterior y, al mismo tiempo, servir como inicio y apertura de un nuevo camino argumental que no ha hecho más que comenzar, y que va a explotar definitivamente en las siguientes cintas. En este sentido, creo que no se le podría pedir mucho más a la cinta.


Quizá en este sentido, su peor enemigo ha sido toda la expectación generada alrededor: se ha hablado tanto, se ha especulado tanto, se van conociendo tantos detalles que, por mucho que el equipo de la película se haya esforzado en evitar filtraciones, al final terminas con la sensación de que vas con la lección aprendida y que nada te sorprende. Y ojo, en este sentido no se les puede echar mucha culpa a Abrams y compañía, porque han hecho todo lo que han podido y con los trailers (que no representan el conjunto global de la cinta) nos han hecho mirar a donde ellos querían, pero simplemente no se le pueden pedir peras al olmo.

Los nuevos personajes que presenta “El despertar de la fuerza” son prueba de que se han hecho bien las cosas. Rey y Finn, los principales protagonistas de esta entrega, han encajado muy bien dentro del universo Star Wars, complementándose bien y formando un curioso dúo. John Boyega y Daisy Ridley, los dos desconocidos o casi desconocidos que les interpretan (en una maniobra que recuerda a cuando Lucas eligió a, por entonces, tres desconocidos para protagonizar la trilogía original) defienden bien sus personajes, aunque en esta ocasión es Ridley la que se ha llevado la mejor parte.

Rey acaba siendo la auténtica protagonista de la función. Su personaje consigue adueñarse de la historia rápidamente y, más allá de su importancia argumental, acaba siendo de lo más destacado de la película. El mismísimo Han Solo es el único que acaba robándole el protagonismo cuando comparten escena. En este sentido, el objetivo se ha cumplido. Han conseguido crear personajes que adquieren personalidad desde bien pronto y con poco metraje, que caen bien y cuyas historias interesan. Ojo, que Rey sea la que más destaque no significa que debamos olvidarnos de Finn, la otra pieza del dúo. Pero, sin parecerme mal personaje, creo que aún tienen que terminar de explotarlo, algo que supongo que veremos en los próximos episodios. Algo que supongo que también puede decirse del personaje de Oscar Isaac, el piloto Poe Dameron. Más que desaprovechado, yo diría que en este séptimo episodio se ha limitado a cumplir su función y que sabremos más de él en los siguientes. Igual me equivoco, pero dudo que haya dicho su última palabra.

En el otro lado tenemos a los malvados. Más allá del misterioso jefe supremo Snoke, y de los personajes de Domhnall Gleeson y Gwendoline Christie, que de momento no han tenido mucho recorrido, las miradas se centraban en el Kylo Ren de Adam Driver. No creo que se pueda decir mucho del personaje sin entrar en spoilers, pero Abrams, Kasdan y los demás han acertado en alejarlo de ser una marca blanca de Darth Vader. En ese sentido iba a ser muy complicado que consiguieran un villano con tanto carisma, así que han optado por un personaje diferente, con una interesante aportación y que todavía tiene un arco de desarrollo que también veremos en los próximos episodios.


Y, sin duda, otro de los grandes aciertos de la cinta es la recuperación de “la vieja guardia” Ver de nuevo a Han, Leia, Chewbacca o C3P-O es un gustazo. La primera aparición de Han y Chewbacca arranca aplausos en la sala, y no es para menos. Aunque en esta ocasión ya no son los protagonistas, sino que ejercen un rol más secundario (Han es el que tiene más protagonismo), son personajes que tenían que estar ahí. No obstante, aunque su esencia sigue siendo la misma, sin cambiarlos demasiado, han demostrado que ya no son los mismos. Los años pasan para todos y estos personajes han vivido, y en ciertos elementos se nota. Este componente de recuperación de personajes clásicos juega mucho con la emoción y nostalgia del espectador, y se ha logrado un buen equilibrio entre su uso y el uso de los elementos nuevos (sin dejar de lado la buena cantidad de guiños que hay)

En cuanto al apartado técnico, los efectos están a la última y todo brilla a un gran nivel, pero evitando esa sensación de recargamiento de CGI y croma que tan presente estaba en la trilogía de precuelas. Aquí han sabido hacerlo mejor y se agradece. Vestuario, ambientación, atmósfera… todo ha sido muy bien construido para que continúe visualmente lo que vimos en los episodios IV, V y VI, añadiéndole los nuevos elementos, y consiguiendo una transición muy natural en ese sentido, consiguiendo que todo encaje bastante bien. Mención especial se merece la banda sonora del gran John Williams. Además de la recuperación de temas clásicos, el maestro ha elaborado una partitura que encaja como un guante en la cinta, y que acompaña a la perfección el viaje de los personajes. Otro elemento esencial de la saga, como es su banda sonora, que vuelve a rallar a un gran nivel.

En definitiva, a nivel personal he quedado muy contento con este episodio VII. Sí, claro que se le pueden encontrar cosas negativas y fallos, especialmente si quieres encontrárselos. Pero la verdad, creo que la cinta es, prácticamente, todo lo buena que podía ser teniendo en cuenta los elementos con los que contaba y que es un inicio de trilogía. Abrams ha conseguido levantar de nuevo la saga (algo que ya hizo con Star Trek) una tarea nada sencilla, y lo ha hecho con éxito. Un argumento que cumple, que deja intrigantes cabos sueltos para los próximos episodios, que ha establecido una sólida base en la que apoyarse, que sabe mezclar lo nuevo con lo clásico, y que consigue emocionar y recordar a lo que realmente es Star Wars, mucho más de lo que lo hizo la anterior trilogía. Desde el punto de vista de alguien que, personalmente, ha recordado las sensaciones que tenía al ver las pelis cuando era un crio, ese es probablemente su mayor éxito.

Nota: 8



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